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El BOE publica el Decreto que permitirá devolver a UGT y CNT los bienes incautados tras la guerra civil

El Boletín Oficial del Estado publicó este jueves el Real Decreto que modifica la Ley de 8 de enero de 1986 de cesión de bienes del patrimonio sindical acumulado.

COLPISA.MADRID

Los cambios afectan, sobre todo, a UGT y el valor actualizado de los bienes incautados a la central socialista por la dictadura supera los 150 millones de euros. El otro sindicato mayoritario CCOO no existía en La República.

El Decreto recoge que los bienes y derechos serán reintegrados en pleno dominio, previa solicitud de los beneficiarios, antes del 31 de enero de 2006. Si por cualquier causa no pudieran ser reintegrados, "el Estado compensará pecuniariamente su valor, considerando como tal el normal de mercado que a la entrada en vigor de esta ley tendrían los citados bienes y derechos". Además, a "la cantidad resultante" aplicará "el interés legal del dinero desde dicha entrada en vigor hasta el último día del mes anterior al que se acuerde la compensación".

Los bienes muebles situados dentro de los edificios requisados "se valorarán en un tres por ciento del valor de compensación de estos últimos". La potestad de fijar ese valor corresponderá al Consejo de Ministros, a propuesta del Departamento de Trabajo y previo informe de Economía y Hacienda. Respecto a los bienes y derechos cuya reintegración no se solicite en el plazo establecido se inscribirán a nombre del Estado.

Además de UGT, el Decreto afecta a la CNT-AIT, únicas centrales existentes antes del franquismo. La devolución pendiente complementará la realizada en 1986 por el gobierno socialista de Felipe González, valorada en 25 millones de euros para UGT y en 1,5 millones para CNT.

Para UGT, el reintegro urge porque es preciso frenar los intereses y saldar el préstamo que la organización se vio obligada a suscribir con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) para afrontar el conflicto financiero provocado por la fracasada cooperativa de viviendas PSV y su gestora IGS. Entonces, la supervivencia económica del sindicato estuvo en peligro y UGT no tuvo más remedio que hipotecar sus propiedades incautadas.

*Fuente: Diario Vasco. 3 de noviembre de 2005