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El dinero que Franco requisó

• Más de 70 familias catalanas reclaman el valor actual de los billetes de la República que les confiscó el dictador
• ERC ha pedido al Gobierno que les indemnice

ANDREAS GONZÁLEZ
BARCELONA

Montserrat Capdevila lleva esperando más de 50 años a poder disponer de su dote. Cuando se iba a casar, su padre le entregó 1.232 pesetas, aunque no recibió ni un solo billete ni ninguna transferencia. Lo que obtuvo Montserrat fue un papel que su progenitor confiaba que algún día se convertiría en dinero. Un recibo que ha amarilleado con los años y que, bajo la indicación Fondo de Papel Moneda Puesto en Circulación por el Enemigo, documenta que, a Juan Capdevila, Franco le confiscó el 27 de abril de 1939 gran parte de sus ahorros. La hija de Montserrat, Lidia Jiménez, lucha ahora para que el Estado restituya a su madre el valor actual de esos billetes, y con ella otras 70 familias catalanas que sufrieron un expolio similar, que han formado la Agrupación de Perjudicados por la Incautación Franquista (APIF).
Según la ley de Franco, Juan Capdevila podría haber sido acusado de contrabando de no haber entregado esos billetes. A través de dos decretos firmados el 27 de agosto de 1938, el dictador estableció la entrega obligatoria en las zonas conquistadas por su Ejército del papel moneda puesto en circulación por la República. El anterior al 18 de julio de 1936, fecha del golpe de Estado que dio inicio a la guerra civil, sería canjeado por billetes nuevos del Gobierno de Burgos, impresos en la Alemania de Hitler y la Italia de Mussolini.
Los posteriores al Alzamiento debían ser entregados a fondo perdido al Banco de España, que habilitó un depósito especial para esos billetes puestos en circulación "por el enemigo". Muchos ciudadanos que confiados acudieron a entregar billetes con la fecha de emisión anterior a 1936 e incluso a la proclamación de la Segunda República en 1931, se encontraron con la sorpresa de que tampoco pudieron canjearlos porque también era dinero rojo. Por las dificultades de la guerra, el Banco de España se vio obligado a distribuir en la zona republicana nuevas series de billetes que ya habían circulado años antes. Se llegó a la paradoja de que la República volvió a poner en la calle billetes de 100 pesetas con el busto de Felipe II y de 1.000 pesetas con el de Carlos I, en ambos casos con el año 1925 impreso en el anverso.
Montserrat Capdevila tenía sólo ocho años en 1939, pero recuerda hasta el apellido del alguacil de Cercs (Berguedà) que pasó por su casa advirtiendo de la obligación de entregar el dinero. El consistorio de Serchs, como lo rebautizaron los franquistas, hacía la requisa en representación del Banco de España, una función que en otras poblaciones realizaban entidades bancarias privadas.

De pesetas a euros
Las 1.232 pesetas de 1939 requisadas a su padre equivaldrían hoy a unos 2.100 euros, ninguna fortuna, pero entonces fueron la mitad del importe obtenido con la venta de la masía familiar, que Juan Capdevila y su hermana se habían repartido a partes iguales. "La familia quedó arruinada y mis padres se separaron", se duele Montserrat Capdevila, que recuerda que a su padre sólo le quedaron algunos "duros de plata que escondía en un calcetín".
En los años 60, Montserrat intentó cobrar el dinero en el Banco de España y le dijeron "que todavía no tocaba". Ya durante la democracia, a su hija le contestaron que el recibo había "prescrito".
Lidia Jiménez ha enviado desde entonces incontables cartas reclamando el dinero de su madre. El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, le contestó que debería ser el Gobierno o la Generalitat quien "legitimara la devolución". Pero la respuesta que obtuvo del presidente José María Aznar en octubre del 2003 fue: "El PP no tiene competencias para revocar una decisión del Banco de España". La Conselleria de Economia del anterior Govern de CiU le contestó lo mismo refiriéndose a la Generalitat.
Ahora, Lidia Jiménez y su madre forman parte de la Agrupación de Perjudicados por la Incautación Franquista. El barcelonés Ramon Bertran, a cuyo padre requisaron otras 8.725 pesetas, se encarga de reunir de todos los afectados la documentación que acredita el expolio. La entregará a Rafael Ribó, Síndic de Greuges, que se comprometió a defenderles. "Hay perjudicados en toda Catalunya. En Barcelona, Manresa, Blanes, La Jonquera... Familias que perdieron 900 pesetas y alguna que perdió 195.000", explica Bertran.
La agrupación también se entrevistó con el grupo de ERC en el Congreso, que ha instado al Gobierno del PSOE a devolver el dinero. Bertran, además, escribió a la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, que dirige la comisión interministerial que elabora el anteproyecto de ley de la memoria histórica. Lidia Jiménez quiere ser optimista y espera que alguien indemnice a su madre.

*Fuente : El Periódico, 25 de julio de 2005