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Los huesos de los 16 cadáveres de la guerra encontrados en Valdihuelo estarán clasificados en dos meses

El investigador Diego Peral asegura que el trabajo es lento y minucioso, y adelanta que hay restos de tres niños, uno de ellos de menos de un año Vecinos y familiares de los desaparecidos se quejan de falta de información

FRANCISCO JOSÉ NEGRETE/ALBURQUERQUE - PROVINCIA DE BADAJOZ

Muchos vecinos de Alburquerque se preguntan qué pasa con los restos de 16 personas encontrados en la mina de Valdihuelo que fueron exhumados a lo largo del año 2003, tema del que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, encargada de este trabajo, no ha vuelto a informar desde octubre de dicho año.

Diego Peral, paleopatólogo de la Facultad de Medicina de Badajoz, que se encuentra al frente del equipo de investigación que analiza los restos óseos, asegura que el trabajo que desarrollan es muy lento y minucioso, en tanto han tenido que limpiar miles de huesos mezclados de animales y personas que fueron trasladados a Badajoz en un camión, tarea que ha concluido hace tres semanas.

Peral señala que en unos dos meses habrá una clasificación de todos los restos humanos. Adelanta que entre los cadáveres hay uno de un niño menor de un año de edad; hecho corroborado por la Escuela Forense de Madrid, otro menor de 4 años y un tercero de unos 12.

Diego Peral explica que es imposible hacer las pruebas de ADN y recomponer los cuerpos enteros debido a que las granadas explosionadas dentro de la fosa, el fuego y el agua han deteriorado mucho los huesos.

Excavaciones

En octubre del 2003 se supo que el número de personas asesinadas y arrojadas a la fosa común de la finca Valdihuelo era de 16, pero si bien desde que comenzaron las excavaciones arqueológicas se dijo que tratarían de identificarse los cuerpos exhumados, hace ya 18 meses que terminaron los trabajos de extracción de restos óseos y nadie ha comunicado qué va a hacerse con los mismos.

Familiares de desaparecidos y numerosos vecinos de la localidad colaboraron con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica prestando testimonios que sirvieran para identificar a las personas asesinadas y arrojadas al viejo pozo minero y, ahora, muchos de ellos están indignados porque se desconoce si van a hacerse pruebas de ADN o, en su defecto, colocar un monolito en el cementerio con los nombres de los que yacieron en aquel lugar.

Entre las personas más disgustadas por la situación se encuentra Rosa Casanovas, hija del alcalde republicano Martín Casanovas, cuya esposa, embarazada, fue asesinada y arrojada en Valdihuelo, hecho éste que marcó profundamente la vida de los dos retoños del matrimonio catalán que llegó a Alburquerque para montar una fábrica de corcho y terminaron uno en el exilio y otra ejecutada. El mayor de los hijos, Juan, murió atormentado tras una vida en la que fue encadenando una depresión tras otra y la menor, Rosa, no ha pasado un día de su vida en el que no haya suspirado por recuperar el cuerpo de su madre, Serafina Roca.

La pequeña de los Casanovas, que se encuentra enferma, asegura que no quiere morir antes de dar cristiana sepultura a su madre. «Este es el objetivo principal de toda mi vida y no descansaré en paz si no lo consigo», dice con la voz temblorosa esta mujer de 76 años de edad.

Desde que se marchó de Alburquerque con 11 años, en 1939, Rosa había regresado en tres ocasiones- 1976, 1990 y 2002; las dos primeras tuvo que marcharse de inmediato a causa de los ataques de ansiedad que sufría al rememorar el trauma ocasionado por la perdida de su madre cuando contaba con solo 8 años, y sería precisamente la tercera, en septiembre de 2002, la decisiva para que fueran los cadáveres de Valdihuelo los primeros en ser exhumados en Extremadura. Ante la insistencia de ésta y lo dramático del caso, el Ayuntamiento de Alburquerque contactó con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y al poco tiempo se pusieron manos a la obra.

Sin noticias

Se organizó un campo de trabajo para ayudar a hacer las excavaciones y se exhumaron los restos de 16 personas mezclados con huesos de animales que habían sido arrojados al pozo minero. Ahí terminaron las informaciones sobre el asunto, de manera que Rosa Casanovas, a la que en un principio le indicaron que harían pruebas de ADN para identificar a Serafina, no ha vuelto a recibir noticia alguna desde septiembre del 2003.

*Fuente : Hoydigital, 5 de mayo de 2005