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Discurso del Presidente del Senado Español, en el 60 Aniversario de la Liberación de París.

24 de Agosto de 2004

Señoras y señores, amigos y amigas:

Quiero agradecer a las autoridades del Gobierno de la República francesa y al Ayuntamiento de París como Presidente del Senado de España, la invitación para participar en los importantes actos del 60 aniversario de la liberación de esta ciudad tras la ocupación nazi durante la II Guerra Mundial.

Esta conmemoración es muy importante porque demuestra el sincero agradecimiento que Francia y más concretamente la ciudad de París brinda a todos aquellos combatientes españoles que lucharon para liberar a Europa del nazismo, el máximo exponente de la crueldad y la intolerancia humana.

Por esta celebración estamos demostrando además que las sociedades no pueden pasar página sin antes conocer y profundizar en la historia de nuestros países y en la de Europa, y tampoco sin rendir un merecido homenaje a los hombres y mujeres que defendieron los ideales de la paz, la democracia, la libertad y la tolerancia. Gracias a su legado, a su entrega generosa y valiente todos nosotros vivimos hoy en sociedades democráticas y más justas.

Por eso es tan importante que recuperemos la memoria histórica y recordemos a los que dieron su vida por nuestra libertad más allá de las fronteras y los sentimientos de identidad. Lucharon para que sus hijos y sus nietos no tuvieran que ver el horror que supuso el nazismo. Españoles y franceses se unieron con el único objetivo de liberar a Europa del terror y de la injusticia, de la barbarie y de la intolerancia.

Franceses y españoles lucharon por todos nosotros. Todo lo que hagamos será poco en comparación con el sacrificio que estos hombres y mujeres combatientes, guerrilleros, miembros de la resistencia francesa llevaron a cabo para que primero París, y posteriormente el resto de Europa fuera liberada de las terribles garras del nazismo.

Hoy siguen siendo válidos los ideales que encarnaron los que lucharon contra el nazismo y es ahora cuando se hace necesario reivindicarlos. Por eso me van a permitir, como presidente del Senado de España, decirles que, nobleza obliga, gracias por lo que hicieron, gracias porque por ustedes hoy tenemos sociedades más civilizadas, más democráticas, mas justas, y sobre todo, que nos hacen sentirnos orgullosos del trabajo que hicieron.

Muchas gracias.