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Los mártires de la clase obrera

10/03/2005 | Ferrol

Aniversario del Diez de Marzo. La muerte de dos trabajadores de Bazán a manos de agentes del orden público, durante una movilización reivindicativa en 1972, caló hondo en el imaginario proletario gallego

Han transcurrido ya 33 años desde aquel día en el que una movilización laboral terminó en baño de sangre en Ferrol. Aquella mañana, los trabajadores de Bazán se concentraron y marcharon con el propósito de encontrarse con sus compañeros del otro astillero de la ría, Astano.
El encuentro de los empleados del naval con las fuerzas de orden público se hizo tenso repentinamente, hasta que uno de los agentes disparó una ráfaga de ametralladora contra los manifestantes. Dos de ellos, Amador Niebla y Daniel Rey, resultaron muertos por los impactos de las balas.
Decenas más resultaron heridos. Muchos de ellos renunciaron a tratarse las heridas en centros médicos por temor a ser identificados y detenidos por su participación en lo ocurrido durante aquella trágica jornada, lo que da una idea del clima de crispación que se vivía en aquellos años.
El ocaso del régimen
La represión de los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad fue uno de los últimos coletazos de violencia del régimen dictatorial, repetido en otras refriegas en diferentes puntos del Estado. El franquismo se aproximaba a su ocaso -aunque por entonces esto no estaba nada claro- y, en medio de una fuerte tensión, se debatía entre las posibilidades de continuidad de un régimen militarista -de la mano tal vez del almirante Carrero Blanco, muerto el año siguiente a manos de ETA- y el complejo inicio de una transición que condujese a una democracia.
Al igual que otros sucesos luctuosos de la última fase del régimen, los asesinatos de Ferrol despertaron fuertes críticas en la comunidad internacional. En Galicia, la muerte de los dos trabajadores caló hondo hasta el punto de que la fecha sea conmemorada hasta la actualidad como el Día da Clase Obreira Galega. Han transcurrido 33 años y decenas de manifestaciones por el sector naval, y los sindicatos -aunque sea cada uno por su cuenta- continúan expresando en la calle su repulsa por aquellos trágicos acontecimientos, y su homenaje a Amador y Daniel, los hombres que han quedado en el imaginario obrero gallego como los mártires de toda una clase social.


*Fuente: La Voz de Galicia, 10 de marzo de 2005