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Cosas del pasado

David Marañón Badaya  -  Madrid

Es gracioso cómo desde el Partido Popular se critica la retirada de la estatua de Franco en Madrid, alegando la reapertura de viejas heridas y de remover el pasado.

No hace mucho tiempo, recuerdo cómo el Ayuntamiento de Madrid otorgó una medalla a Melitón Manzanas, bien conocido en los años del franquismo en el País Vasco. En esos días, al PP no le preocupaba que las heridas del recuerdo amargo de la dictadura se abriesen aún más, sino el complacer a una parte de la sociedad española que aún debe seguir poniendo flores en el hueco de la estatua del dictador.

Pero yo les quiero preguntar a todos aquellos que están criticando ferozmente al Gobierno: ¿qué les parecería si en Alemania hubiese una estatua de Hitler, si en Rusia se mantuviesen las estatuas de Stalin, si en Camboya hubiese una estatua a Pol Pot, por el simple hecho de recordar la historia? Lo importante para la historia no es mantener estatuas de dictadores, sino el mantener el recuerdo de aquello que sucedió para que no se repita. Pero esto el PP no lo entiende, y para ellos hablar de la represión durante la dictadura de Franco es hablar del pasado. Y tratar de homenajear a los republicanos caídos por la democracia, remover las tumbas..., aunque en muchos casos sería mejor decir fosas de desaparecidos.

El homenaje a los republicanos que lucharon por defender la primera experiencia de democracia en España es algo que les debemos. Y siempre serán pocos los homenajes. El PSOE tiene una oportunidad para recordar ese esfuerzo. Y un buen homenaje sería la anulación de los sumarios franquistas a aquellos que por el simple hecho de pensar distinto al franquismo eran considerados delincuentes.

Me alegro por la retirada de la estatua, y si el Valle de los Caídos se retirase, mejor aún.

*Fuente: El País, 27 de marzo de 2005

* Fe de erratas : La condecoración no fue otorgada por el Ayuntamiento de Madrid, sino por el Consejo de Ministros del Gobierno del PP. Por medio, del Real Decreto aprobado en el Consejo de Ministros del 19 de enero de 2001.