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El último maquis cayó tiroteado en la ribera de Chantada hace cuarenta años

El último maquis cayó tiroteado en la ribera de Chantada hace cuarenta años El guerrillero, sorprendido por la Guardia Civil , murió en la mañana del 10 de marzo de 1965 José Castro Veiga fue el último «fuxido» que falleció en una acción armada

http://www.lavozdegalicia.es/buscavoz/noticia.jsp?CAT=119&TEXTO=3528894

Francisco Albo | monforte


Hacia las once y media de la mañana del 10 de marzo de 1965 -según la escueta nota que la prensa fue autorizada entonces a publicar- el veterano guerrillero José Castro Veiga O Piloto murió en la parroquia chantadina de San Fiz, cerca del embalse de Belesar, tiroteado por un agente de la Guardia Civil mientras descansaba sentado en un peñasco. Según la versión oficial, en la que se le calificó de «tristemente célebre forajido», fue conminado a entregarse, pero parece que en realidad fue atacado sin previo aviso. Poco antes había atracado a un vecino de Lamagrande, en O Saviñao, arrebatándole 15.000 pesetas «que en concepto de multa le impone el Gobierno legítimo de la República», según le explicó a la víctima. Esta acción fue la que dio pie a que se le localizase. Tenía 50 años recién cumplidos y hacía por lo menos veinte que se había echado al monte para oponerse a la dictadura franquista con las armas en la mano.
O Piloto fue el último de los antiguos guerrilleros antifranquistas de toda España que murió con las botas puestas. En su agitada biografía hay muchas lagunas y muchos puntos dudosos que quizá nunca lleguen a ser aclarados, como sucede con las de otros muchos combatientes de aquellos tiempos. Natural de Boelle de Arxemil, en el municipio de O Corgo, a los 16 años ingresó como voluntario en el cuerpo de Aviación, en Madrid. De esta etapa, en la que obtuvo el rango de cabo, le vino el apodo que conservó toda la vida. Luchó con el bando republicano en la Guerra Civil y al terminar la contienda fue apresado y condenado a treinta años de cárcel. No obstante, salió de la prisión cuatro años después, gracias a un indulto, y algún tiempo más tarde pasó a la clandestinidad. Entre 1943 y 1945 -no se sabe con certeza- se incorporó a las guerrillas que operaban en el noroeste y al principio participó en acciones armadas cerca de su localidad natal, en la zona de Baralla y Castroverde. En 1946, tras la detención de un gran número de militantes lucenses de la resistencia antifranquista, trasladó su zona de acción al sur de la provincia.
Desde entonces tuvo siempre esta zona como principal base de actuación, aunque se movió mucho por otras áreas de Lugo y Ourense. O Piloto, afiliado al Partido Comunista, llegó a dirigir la tercera Agrupación Guerrillera de Galicia entre 1946 y 1947, su momento de mayor influencia en las organizaciones armadas opuestas a Franco. En estos años tomó parte en un gran número de enfrentamientos con las fuerzas policiales de la dictadura, sobre todo en 1948, una época en el que la violencia llegó a sus cotas más altas.
Declive de la lucha
Esta actividad guerrillera empezó a decaer en 1949, cuando el régimen franquista empieza a consolidarse en el plano internacional. Por entonces, muchas agrupaciones de la zona habían quedado diezmadas en los choques con la Guardia Civil y también por la acción de numerosos infiltrados. Ese año, una numerosa partida cayó en un enfrentamiento con la Guardia Civil en la parroquia monfortina de Chavaga. Numerosos miembros de la resistencia empezaron a tomar el camino del exilio, pero O Piloto prefirió seguir operando en el sur lucense, acompañado por un número cada vez más reducido de compañeros, hasta acabar por quedarse prácticamente solo. Sin embargo, siempre se mantuvo en contacto con otros opositores clandestinos. En medio de estas difíciles circunstancias, Castro Veiga mantuvo una larga relación sentimental con Ramona Curto, natural de de O Saviñao y conocida como Mirelle, con la que vivió oculto mucho tiempo.


*Fuente: La Voz de Galicia, 9 de marzo de 2005