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Flores contra la barbarie nazi

Recuerdo. El anejo de Pinos Puente, Zujaira, celebró ayer el 60 aniversario de la liberación de los campos nazis en un emotivo homenaje en el que se recordó a las 17 víctimas de la localidad que fallecieron en el holocausto Se colocaron diez centros de flores con los colores de la bandera republicana en el monolito.

J. F. FERNÁNDEZ /L. RUIZ

El reportaje

granada. "Aquella mujer judía tuvo la desdicha de dar a luz en el patio de prisioneros del campo de Mauthausen, entonces, un jefe militar se acercó a ella y pisó a su hijo, después le pegó un tiro". El relato, y las lágrimas, son de José Egea. Ayer, este superviviente de 84 años no pudo reprimir el llanto en Zujaira al recordar su paso por el campo de concentración alemán. El anejo de Pinos Puente conmemoró ayer el 60 aniversario de la liberación de los campos nazis, y lo hizo poniendo flores en el monolito que se levantó en 1988 en memoria de los vecinos fallecidos.

Diez centros de flores por los diez muertos: Juan Amigo Núñez, Rafael Águila Jiménez, José Crespo Jiménez, Pedro Crespo Trujillo, Juan Gálvez Cervera, Rogelio García Alcaraz, Francisco Marfil Crespo, Ángel, Antonio y Manuel Reina Moya.

"Pinos Puente no tenía en aquella época (años 40), más de 400 habitantes y 17 de ellos se encontraron en Alemania para morir, de ahí la tragedia del pueblo", narraba ayer el alcalde de Pinos Puente, Emilio Ruiz. La huella que marcó la historia en la localidad no dejó descansar a tres de sus vecinos: Antonio Martínez, Francisco García y José Marfil –el primero, alcalde con la democracia en la localidad y los dos últimos familiares de fallecidos– hasta que en 1988 se levantó un monolito en el pueblo en su memoria.

"Es un reconocimiento a la dignidad de las familias, un acto contra el olvido", explicó el alcalde de la localidad. Un cuarteto de violines abrió la fría tarde en el anejo de Pinos Puente. La música dio paso a las palabras en un acto en el que participaron, entre otros, el secretario de organización de la asociación catalana Amics de Mauthausen, Javier Taraza, y el vicepresidente de la asociación granadina para la recuperación de la memoria histórica, Rafael Gil Bracero.

"Cada día teníamos que subir 186 escalones desde el campo de concentración hasta la cantera en la que trabajábamos. No es fácil la vida allí, eres la muerte andante", relató José Egea, quien recuerda las palabras de su padre cuando ambos entraron al campo: "Hijo, de aquí no salimos".

Él sí consiguió huir de la barbarie y desde entonces se ha dedicado a contar por el mundo lo que le sucedió. "Arrebatar la memoria al olvido no sólo le devuelve la dignidad a los muertos, también a los vivos", declaró la diputada de Cultura, Inmaculada López, tras escuchar el testimonio de José Egea.

Una pantalla con los nombres de los fallecidos de Zujaira, con su número de identificación en los campos de concentración y con su foto dio paso al encendido de velas, una por cada uno de los fallecidos y se izó una bandera blanca. Zujaira continuará hoy con los actos conmemorativos del 60 aniversario de la liberación de los campos nazis. El Ayuntamiento ha previsto otras actividades, entre ellas una exposición, una proyección y varias mesas redondas. "El principal, y el único objetivo que nos mueve para organizar un acto de este tipo es evitar el olvido", declaró el alcalde de la localidad.

*Fuente: Diario de Granada Hoy. Noviembre de 2005