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FRANCO - HITLER | 1
Franco planeó atacar el Peñón con Hitler

El dictador manifestó su disgusto a causa de que la negociación con Alemania se desviaba de sus objetivos

FRANCO A HITLER: "Mi adherencia sincera e inamovible a usted personalmente y al pueblo alemán"

EDUARDO MARTÍN DE POZUELO - 10/07/2005


Mi querido Führer: He recibido su carta en la que expresa sus puntos de vista de su Estado Mayor en conexión con el problema que está surgiendo de la guerra en lo que a España concierne, puntos de vista que, con la excepción de pequeños detalles, coinciden con mis consideraciones y planes y con los de mi Estado Mayor". Así comienza la misiva de respuesta de Franco a Hitler de septiembre de 1940, que los Aliados hallaron en los archivos del ministro alemán Von Ribbentrop y que el servicio secreto de EE.UU. guardó con la clave F80209-0216 tras incautarse de la misma en 1945. En ella Franco llega a apremiar a Hitler por "el regateo" en unas negociaciones que se alejan de los objetivos de amistad y colaboración militar que ambos amigos persiguen.

Pese al tono conciliador, el dictador revela que tiene preparada en secreto la ocupación de Gibraltar y desliza puntos de desencuentro que observa en las pretensiones alemanas. "Tengo que agradecerle la recepción cordial que usted y su gente preparó para mi enviado, el ministro Serrano Súñer, que me ha informado acerca de su conversación y acerca de sus apreciadas ideas, que satisfacen nuestros deseos, y con las que creemos que estaremos en completo acuerdo, como deducirá del contenido de esta carta. A pesar del completo acuerdo con sus palabras de reconocer las reclamaciones españolas en Marruecos, con la única limitación de que Alemania, a través de acuerdos comerciales, debería participar de una parte de las materias primas de esta área, hay un punto de desacuerdo, en concreto en el deseo de Von Ribbentrop, expresado como sugerencias durante las conversaciones entre nuestros ministros, para el establecimiento de un enclave para Alemania de bases militares por la ocupación de dos puestos de la zona sur. En mi opinión, éstos son innecesarios en tiempos de paz, y superfluos en tiempos de guerra, porque en este caso puede contar no sólo con estos puertos sino con todos los que posee España, puesto que nuestra amistad está firmemente sellada también para el futuro".

En otras palabras, si España entraba en guerra, Alemania tenía bases, de lo contrario, no. Aun así, el dictador aprovechó la ocasión para anunciar que estaba de acuerdo en atacar Gibraltar. "También soy de la opinión de que la primera acción en el momento de nuestra entrada en la guerra debe consistir en la ocupación de Gibraltar. Nuestra política militar en el Estrecho ha sido llevada con este propósito desde 1936... Por lo que a nosotros concierne, hemos estado preparando esta operación en secreto durante mucho tiempo, puesto que el área en el que se llevaría a cabo no tiene red de comunicaciones propias a su disposición. Con respecto a las condiciones especiales del Peñón, sus puntos de resistencia soportarían la acción desde el aire, por lo cual tendrían que ser destruidos mediante artillería buena y precisa. La extraordinaria importancia del proyecto, justifica en mi opinión una fuerte concentración de equipos. La caída de Gibraltar, en realidad, aseguraría el Mediterráneo Occidental".

Franco coincidía con Hitler en la idea de usar el arma aérea para la defensa de un ataque británico sobre la costa atlántica española. "Comparto completamente su opinión acerca de la efectividad de los bombarderos para la defensa de la costa, así como acerca de la actual imposibilidad de establecer emplazamientos de artillería fija con material pesado en los puntos vulnerables de la costa. Obviamente hay un error en la transmisión de mis deseos (a través de Serrano Súñer) ya que mi idea no era de cañones fijos de gran calibre...".

Como gallego, Franco era buen conocedor del clima de su tierra y así se lo hizo saber a su amigo al hablar de los aviones: "debe tenerse en cuenta las limitaciones que surgen en esa área por frecuentes tormentas y lluvias. En cualquier caso, las potentes fuerzas aéreas que usted nos ofrece son indispensables", apostilló Franco que veía muy remota una acción de los británicos en tierra peninsular pero no así en Canarias. "En la actualidad hay una pequeña posibilidad de que los ingleses lleven a cabo un intento de aterrizar en la Península. Incluso si esto fuera el caso, nuestros propios equipos y los que usted me ofrecería frustrarían rápidamente este plan. La posibilidad de un ataque sorpresa de los ingleses sobre las islas Canarias con el fin de construirse una base naval para proteger sus rutas de ultramar siempre me ha preocupado. Con esta posibilidad en mente, estamos en proceso de enviar reservas de alimentos, municiones y material de artillería limitado, que ha sido sacado de otras regiones menos amenazadas. Hace meses que ordenamos una movilización parcial y también hemos enviado armas a todo el archipiélago", escribió.

La revelación del secreto dio paso al agradecimiento por el "equipo militar y ayuda económica" que Hitler ofrecía, y a la recíproca oferta de "ayuda posible" por parte española antes de pasar a las objeciones de Franco que, a tenor de su carta, tenía prisa por llegar a un acuerdo con Alemania: "considero mi deber decirle que, a mi juicio, las conversaciones desarrolladas hasta la fecha por nuestros consejeros especiales se han llevado a cabo con una considerable regateo", escribió Franco que se mostraba persuadido de que tanta conversación sobre "antiguos acuerdos" o sobre "problemas económicos y resultados posteriores a la guerra" se habían "desviado del tema principal, que nos afecta a ambos de igual forma y que encuentra su solución definitiva en las declaraciones de su carta, con las que estoy completamente de acuerdo". Finalmente, el dictador agredeció al "querido Führer" la oferta de solidaridad y respondió "a la misma con la seguridad de mi adherencia sincera e inamovible a usted personalmente y al pueblo alemán de la causa por la que lucha. Espero -dijo-en defensa de esta causa, poder renovar los antiguos vínculos de camaradería entre nuestros ejércitos. Quedo a la expectativa de poder expresárselo personalmente. Le garantizo mis más sinceros sentimientos de amistad, y le saludo. Suyo F. Franco".

fuente: http://www.lavanguardia.es/web/20050710/51188812812.html